Todos los días Beatriz es víctima de insultos, vejaciones y humillaciones por parte de su celoso esposo, pero no huye de su lado porque han creado una codependencia y, al menos ella, no concebiría su vida de otra manera. La mujer, a fuerza de sentirse vejada, se siente deseada y sobre todo deseable. Quiere comprobarlo. Por ello una noche sale de casa sin rumbo alguno con un solo propósito: sexo. Su regreso a casa desata la hecatombe.